Descubre los monumentos y memoriales de la capital irlandesa
Cuando observamos las estatuas que conmemoran la vida de personajes famosos (e infames) en las calles de Europa, ¿con qué frecuencia conocemos a los escultores detrás de ellas?
Aunque puede ser raro encontrar estatuas que conmemoran a mujeres, puede ser aún menos habitual encontrar obras de mujeres escultoras.
En las calles de Dublín, la capital de Irlanda, encontramos tres ejemplos de arte público realizado por escultoras: explorémoslo.
Molly Malone, por Jeanne Rynhart
Una canción popular sobre Dublín dice: «En la bella ciudad de Dublín, donde las chicas son tan guapas, puse mis ojos por primera vez en la dulce Molly Malone».
Molly Malone, personaje ficticio de la canción, es una vendedora de pescado que vende berberechos y mejillones desde su carro. La ficticia Molly muere joven de una fiebre, y ahora se la conmemora con una estatua en el centro de Dublín.
La estatua, erigida en 1988 para celebrar el milenio de Dublín como ciudad, es una obra de arte de la escultora Jeanne Rynhart. Originalmente estaba ubicada cerca de la concurrida calle comercial Grafton Street, y más tarde se trasladó a un lugar más cercano a la oficina de turismo de la ciudad.
Rynhart nació en Dublín en 1946, y estudió tanto en Dublín como en Coventry, en Reino Unido. Al regresar a Irlanda, estableció una galería y un taller de escultura.
Sus obras de arte también se pueden encontrar en otras ciudades y pueblos de Irlanda: Una estatua de Mary O'Connor (conocida como la 'Rosa de Tralee') en Tralee, Condado de Kerry, así como dos estatuas de Annie Moore, la primera inmigrante irlandesa en Estados Unidos, en Cobh, condado de Cork y en Ellis Island, Nueva York. Rynhart murió en junio de 2020.
1916 Memorial de Dora Sigerson Shorter
El cementerio de Glasnevin, en el norte de Dublín, es un gran cementerio de 534 metros cuadrados. Alberga las tumbas memoriales de notables personajes de la historia de Irlanda.
Uno de estos monumentos conmemora el Alzamiento de Pascua de 1916: una escultura de la artista Dora Sigerson Shorter.
La escultura de mármol se encuentra sobre una estructura de piedra caliza irlandesa y muestra a un hombre a los pies de una figura femenina.
Las dos imágenes anteriores son cortesía de la cuenta de Instagram de Statues of Dublin.
Sigerson Shorter dedicó el monumento a los líderes ejecutados en el alzamiento de 1916, que la había afectado profundamente hasta tal punto que, cuando murió dos años después, se dijo que había «muerto de un corazón roto».
Además de dedicarse a la escultura, Dora Sigerson Shorter también fue poeta. En Europeana se pueden leer dos antologías de su poesía.
Monumento al Padre Mathew por Mary Redmond
Diversas estatuas adornan la calle principal de Dublín O'Connell Street. A la sombra del Spire de Dublín, de 120 metros de altura, se alza un monumento en memoria del Padre Mathew (trasladado de un emplazamiento anterior en la calle).
La gran estatua de arenisca conmemora al sacerdote católico Theobald Mathew, que fundó y dirigió sociedades abstemias en el siglo XIX, promoviendo la abstinencia de alcohol.
En su apogeo, en la década de 1840, el movimiento llegó a reunir a 3 millones de personas, más de la mitad de la población adulta de Irlanda en aquel momento. Hoy en día, calles, puentes, iglesias y otros lugares de las ciudades y pueblos irlandeses llevan su nombre.
La estatua de la calle O’Connell, que fue inaugurada a principios de la década de 1890, fue obra de la escultora dublinesa Mary Redmond, que había sido la vencedora de un concurso para diseñar el monumento.
Redmond había estudiado en Dublín y Roma, y era conocida principalmente por esculpir retratos y bustos. En el mismo año en el que se inauguró su escultura monumental del Padre Mathew, se casó y se trasladó primero a Londres y después a Florencia.
Gracias a Statues of Dublin | James Curry, Historiador Residente de Dublin City Council
Traducción: Aldara Soto Fidalgo, MA in Translation Studies, University College Cork